3 de diciembre de 2011

Experiencias

Lo que voy a contar ocurrió durante la Educación Secundaria, creo recordar que fue al cambiar de primero a segundo de la ESO. Toda la vida escolar había tenido una profesora de Educción Física de las de antigua usanza, la típica con el pito colgado al cuello. A la semana teníamos dos clases, y siempre una de ellas haba sido libre, y te podías dedicar a jugar a fútbol, baloncesto, con las palas o como la mayoría de chicas en aquella época, tumbarte a tomar el sol. La otra clase de la semana la controlaba con su pito, ya fuera para hacer flexiones, abdominales, resistencia o salto a la comba; de ese mundo de ejercicios analíticos o correr no la sacaba nadie. Pero llego un momento que tuvo edad de jubilarse y así lo hizo. Primero de la ESO fue nuestro ultimo curso con ella.


Al volver al año siguiente el profesor de Educación Física había cambiado. Era un chico joven, de unos 30 años, que venia de terminar la carrera de Educación Física, y también la de Magisterio. Las clases ya no volvieron a ser como antes. Se hacia un deporte por trimestre, y que no coincidía en ningún curso de la ESO, aparte del deporte también se hacían deportes modificados, también se corría pero con el conocimiento de pulsaciones, pulsaciones máximas, si se trabajaba en aeróbico o anaeróbico, incluso clases de teoría, algo nunca visto antes en mi colegio. En aquellas clases nos enseñaba cosas sobre alimentación, músculos, huesos, etc.

Aunque con el segundo profesor aprendimos muchisimo más, no puedo negar que con la primera profesora el día libre de la semana era muy divertido para nosotros. Se que ese día libre es una perdida de una hora para el profesor pero los alumnos la disfrutan. Con esto quiero decir que cuando entro el nuevo profesor nos quejamos de no tener ningún día libre pero viéndolo ahora comprendo lo importante de lo que nos enseño y su firma de llevar las clases. Este cambio fue para bien, y fue en parte algo que me influyo para hacer la carrera que ahora mismo estoy haciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario